Mis 500 palabras para la iniciativa Purposed[ES]

Me he pasado todo el día fuera y casi no llego a mi compromiso con la iniciativa 500 palabras de Purposed[ES], pero aquí estoy, a punto de que suene el pitido inicial de la final y la blogosfera se convierta en un páramo desolado 😉

Hace unas cuantas semanas, cuando arrancó la iniciativa, no la entendí muy bien y escribí esta entrada en el blog. Sigo estando de acuerdo con ella, pero no se centra del todo en lo que “500 palabras” pretende, así que voy a intentar completarla aportando algunos ejemplos y experiencias personales.

Cuando hablaba de que la educación nos permite no empezar de cero, no hacía sino repetir una obviedad, pero tocaba quizá de soslayo un debate recurrente entre los educadores de hoy en día: conocimientos vs. competencias, saber vs. saber hacer, memoria vs. procedimientos. Sin querer posicionarme en alguno de los extremos del debate, considero que la educación como vehículo de cultura en forma de conocimientos contextualizados es fundamental para sobrevivir al torrente imparable de información al que estamos sometidos en la sociedad hiperconectada de hoy. Estoy de acuerdo en que no tiene sentido saberse de carrerilla todas las cosas que hace 30 o 50 años se aprendían de memoria, pero sin una base sólida de conocimientos declarativos es más fácil perderse en el vasto universo informacional, resulta más complicado encontrar las relaciones entre datos aparentemente inconexos y, lo que es más grave, es mucho más fácil manipular la opinión o el conocimiento del que no tiene más que la Wikipedia y los 10 primeros resultados de Google como memoria. Así que la educación es menos libro de texto y más laboratorio, de acuerdo, pero no todo tiene que ser la dictadura de la práctica y el destierro de la teoría.

20 años después de haber aprendido muchas cosas en la escuela porque era lo que me iban a preguntar en los exámenes, hoy es el día en el que agradezco una barbaridad saber situar los países en el mapa para entender las guerras en curso, inferir el significado de una palabra que no conozco gracias a su etimología o comprender los fundamentos físicos que están detrás de la tecnología que nos rodea. Este tipo de conocimiento que pudiera parecer que no sirve más que para ganar al Trivial Pursuit es el que se lo pone mucho más difícil a quien nos quiere vender agua imantada o hacernos creer su versión tergiversada de la situación económica o política.

En la entrada anterior también hablaba de la empatía, que es algo que precisamente ya trató Martín Núñez hace dos días. He de reconocer que no he aprendido más y mejor sobre un tema que cuando me ha tocado defender la postura contraria a la que realmente tengo ante un tema polémico. La primera vez que tuve que hacerlo fue en unas jornadas de formación para los voluntarios que nos íbamos a ir a unos campos de trabajo en América Latina con el Servicio Civil Internacional. Al principio me resultó muy molesto, estaba casi indignado, pero pronto comprendí de qué se trataba, las cosas se ven muy diferentes desde el otro lado, y todo el “buenismo” de la cooperación se tambalea cuando te ves en ese otro lado. Al terminar la formación, ya no íbamos a América Latina “a ayudar”, sabíamos que no iba de eso :-)

La última idea que apunté en la entrada anterior tenía que ver con vivir en sociedad. La educación nos permite disponer de unos acuerdos básicos sobre los que construir el resto de cosas. Hay quienes confunden “educar en valores” con “educar en modales” y prefieren que la convivencia sea cosméticamente agradable (“por favor”, “gracias”, “buenos días tenga usted”) a que sea éticamente aceptable (repudiar comportamientos que a pesar de las exquisitas formas, provocan flagrantes injusticias sociales). Como dijo Nick Kearney en el blog de George Siemens, la Educación tiene mucho que ver con la política. Fruto de esta estrecha relación hemos estado padeciendo tantas reformas educativas que nos hemos olvidado de lo fundamental.

¿Y qué es lo fundamental? No estaría de más revisar todas las contribuciones a 500 palabras para hacerse una idea 😉

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