Las redes sociales virtuales y los delitos cometidos contra el personal docente
Vivimos en un presente en el que la figura del personal docente ha perdido mucho su valor. Han quedado atrás aquellos años en los que la palabra del profesor iba a misa y era respetada tanto por los padres como por los alumnos. Hoy en día es considerable el incremento de padres que jamás cuestionan el comportamiento de sus hijos.
El creciente uso de la tecnología entre los alumnos hace que muchos de ellos usen los teléfonos móviles y cámaras de vídeos para grabar acciones violentas y vejaciones que luego cuelgan en Internet. Algunos alumnos usan las redes sociales como Tuenti, Facebook, Fotolog, Hi5, etc. para colgar estos vídeos y fotos con las agresiones al profesorado y si no fuera esto ya suficiente, añadiendo comentarios ofensivos e injuriosos sobre estos profesores. No sólo es una falta de respeto, sino que viola todo los derechos de cualquier ciudadano, derechos que en el caso del personal docente no están siendo protegidos por la autoridad competente. Lo que en consecuencia está proporcionando el deterioro de la enseñanza y el desprestigio social de la figura del docente. Además hay que resaltar que las leyes de la educación obligan a disculpar al alumno y dejar correr estas situaciones. Lo que ofrece impunidad absoluta al agresor, privando a la figura docente de la antigua autoridad que tenia en el aula y dejándolo completamente indefenso.
Los expertos aconsejan que se tenga mucha preocupación. Sobre todo con los más pequeños, ya que se esta poniendo muy de moda el colgar en una página la foto del profesor que ha suspendido al pequeño o le cae mal y hacer comentarios de todo tipo, o retocar la imagen y ridiculizar al sujeto de dicha burla. Si el vídeo o fotografía está siendo difundida por medio de las redes sociales o por medio de Youtube, el menor que lo ha realizado puede estar cometiendo un delito castigado por el Código Penal sin que el propio autor lo sepa ya que Internet da una sensación de anonimato y en consecuencia una completa impunidad, pero hay que recordar a estos menores que todo lo que se hace en Internet deja huella y se puede perseguir.
Hasta hace unos pocos años agredir al personal docente resultaba incluso barato ya que sólo se consideraba una falta y se sancionaba con multas que oscilaban entre 90 y 120 euros, rara vez pasando de los 100 euros. El Servicio del Defensor del Profesor creado en 30 de Noviembre del 2005 quiere dar a conocer la información recogida de casos de profesores que de alguna forma están sufriendo problemas de todo tipo en el desempeño de su función docente. Este servicio recoge que el 40% de los profesores llaman para denunciar su incapacidad para poder poner orden en clase. El 17% recibe amenazas de los alumnos, el 3% es agredido por padres y familiares y el 8% son agresiones del alumnado hacia el profesor. El 11% se siente desprotegido por parte de la Administración. El 5% son daños a vehículos, bienes o viviendas. Y lo que más preocupa es que el 6% de las agresiones y vejaciones que se denuncian se cuelgan después en Internet.
Con la aprobación de la nueva Ley de Autoridad del profesor que entrará en vigor a comienzos del 2010 coincidiendo con el segundo semestre, concederá a todos los funcionarios docentes de Primaria y Secundaria la condición de autoridad pública, lo que supone que las faltas que se realicen contra ellos tendrán una consideración más grave que en la actualidad. Esta nueva ley protegerá mucho más a los profesionales docentes dándoles también la presunción de veracidad, lo que supone que en el caso de que haya versiones contradictorias, la versión del profesor tendrá más valor que la de cualquier otro ciudadano.
Hasta ahora no me parece raro que los alumnos estuvieran totalmente consentidos, ya que se les protegía tanto que se creían que no había nada superior por encima de ellos. Y todo esto viene por que se les consentía en casa y luego es muy normal que traten así al profesorado. Espero que con la aprobación de la nueva Ley de Autoridad toda esta situación mejore o al menos disminuya en gran parte.